
Ya se acerca el jueves y me empiezo a poner nerviosa, es que soy de esas niñas que acostumbraron a comer tortas y después no pasan el sabor del pan. Es raro digo niña, cuando hace rato que soy "adulta", pero aún no rompo mi propia promesa jamás madurar, nada más fome, nada más solemne, nada más latero....
Mi madre prometió llorar y mi padre ir muy bonito, capaz que hasta se encrespe las estañas y se ponga rimel, de mi familia espero CUALQUIER cosa.
Yo aún no encuentro ese vestido que diga PAOLA, en dónde está no tengo ni la más peregrina idea, lo peor es que ganas de buscarlo no hay muchas, es que con esas botas Gotta que encontré, mi hambre consumista casi fue extinta, digo casi porque el tamaño descomunal de mi pantorrilas las dejaron a mitad de pierna. Si sigo obsesionada con ellas veré hasta los tenedores con forma de bota.
Un ciclo se cierra, un ciclo se cierra, un ciclo se cierra, no de la forma que yo quería, no en lo que yo quería. Los planes fueron desvirtuados, pero ya queda poco para la libertad final, ahora comienzo a terminar de pagar la condena, saldó deudas y aprendo a mentir. Que el mar interior se calme, aún de lo peor salen cosas buenas, dos niñas histéricas y muy minas para sus cosas son un buen regalo. La libertad uno mejor y el peinado que me reconcilió con mis rizos, algo invaluable.
P.
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